Resumen de la Parashá Behar
 
(Vaikra/Levítico 25:1-26:2)
 
 
Después que hubieron tomado posesión de Canaán, lo sjudíos debieron observar cada séptimo aó como uno de shemitá (sabático) para la tierra. Durante su transcurso no debían sembrar los campos ni podar los viñedos, como así tampoco levantar la cosecha que hubiere crecido espontáneamente.
 
Cada cincuenta años debían observar el iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese año los campos no podían ser sembrados. Además, los esclavos hebreos debían ser liberados y todas las tierras devueltas a los dueños originales. Por consiguiente, el precio de la tierra que se vendía debía estar basado en la cantidad de años que restaban hasta el iovel. La tierra vendida a causa de la pobreza del propietario podía ser redimida por un pariente del dueño original o por éste mismo. Si alguien debía vender una casa en una ciudad amurallada, tenía un año de tiempo para redimirla. Debía hacerlo durante ese alpso desués del cual ya era demasiado tarde. Empero las casas en aldeas y ciudades apartadas para los leviím volverían a sus dueños originales durante el iovel.
 
Se debía prestar dinero a un judío pobre sin cobrarle intereses. Si el indigente se veía obligado a venderse como siervo, el amo judío debía tratarlo como un sirviente contratado y con respecto; el sirviente sería puesto en libertad durante el iovel. Un pariente rico podía redimir a un sirviente judío pagando a su amo una suma basada en la cantidad de años que restaban hasta el iovel.
 
 
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