Hoy es veintinueve días, que son cuatro semanas y un día del Omer

 

Jesed de Hod (Amor en Humildad)

 
 
BARÚJ ATÁ ADONÁI, ELOHÉINU MÉLEJ HAOLÁM, ASHÉR KIDSHÁNU BEMITZVOTÁV, VETZIVÁNU AL SEFIRÁT HAÓMER.
 
Bendito eres Tú, Adonai nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos, y nos ha ordenado lo concerniente a la cuenta del Omer.
 
Comience desde aquí si esta contando durante el día, o si no ha contado todos los días desde el comienzo de la cuenta de este año:
 
Hoy es veintinueve días, que son cuatro semanas y un día del Omer.
 
Que el Misericordioso restaure el Beit HaMikdash a su sitio, rápidamente nuestros días; Amén, séla.
 
Para el director del coro; un canto con música instrumental; un Salmo. Di-s tenga gracia con nosotros y nos bendiga, que haga resplandecer Su semblante sobre nosotros para siempre; para que sea conocido Tu camino en la tierra, Tu salvación entre todas las naciones. Las naciones Te alabarán, Di-s, todas las naciones Te alabarán. Las naciones Se alegrarán y cantarán jubilosamente, pues Tú juzgarás a los pueblos con justicia y guiarás a las naciones de la tierra para siempre. Los pueblos Te alabarán, Di-s; todos los pueblos Te alabarán, pues la tierra habrá rendido su fruto, y Di-s, nuestro Di-s, nos bendecirá. Di-s nos bendecirá; y todos, desde los más remotos rincones de la tierra, Le temerán.
 
Te imploramos, con el gran poder de Tu diestra, que liberes al cautivo. Acepta la plegaria de Tu pueblo; fortalécenos, purifícanos, reverenciado. Poderoso, Te imploramos, guarda como la niña del ojo a aquéllos que procuran Tu Unicidad. Bendícelos, purifícalos; concédeles por siempre Tu misericordiosa rectitud. Poderoso, Santo, en Tu abundante bondad, guía a Tu congregación. Único y Soberbio, vuélvete hacia Tu pueblo que recuerda Tu santidad. Acepta nuestra súplica y escucha nuestro clamor, Tú que conoces los pensamientos secretos.
 
Bendito sea el nombre de la gloria de Su reino por siempre jamás.
 
Amo del universo, Tú nos has ordenado por medio de Moshé, Tu servidor, contar Sefirat HaOmer, a fin de purificarnos de nuestra iniquidad e impureza. Tal como has escrito en tu Torá: «Contaréis para vosotros desde el día siguiente al día de descanso, desde el día en que traéis el Omer como ofrenda mecida; [la cuenta será] siete semanas completas. Hasta el día posterior a la séptima semana contaréis cincuenta días», a fin de que las almas de Tu pueblo Israel sean purificadas de impureza. Por consiguiente, sea Tu voluntad, Adonai nuestro Di-s y Di-s de nuestros padres, que en mérito del Sefirat HaOmer que conté hoy Jesed de Hod, sea rectificado el daño que he causado en la sefira, y que yo sea purificado y santificado con la santidad suprema. Que de este modo se conceda abundante generosidad sobre todos los mundos. Que rectifique nuestro néfesh, rúaj y neshamá de toda bajeza y defecto, y que nos purifique y santifique con Tú suprema santidad. Amén, séla.
 
 

Guía Espiritual

 

Quinta Semana Hod (Humildad, Esplendor)

 
 
Si la persistencia es el motor de la vida, la humildad es su combustible. Tal como Guevura (disciplina) le da a Jesed (amor) un foco, hod le da a Netzaj (persistencia) dirección. La humildad es el socio silencioso de la persistencia. Su fuerza está en su silencio. Su esplendor está en su reposo.
 
La humildad —y su rédito resultante— no debe confundirse con debilidad y falta de autoestima. Humildad es modestia, es reconocimiento (de la raíz de la palabra hebrea, hodaá). Es decir «gracias» a Di-s. Es reconocer claramente tus cualidades y fortalezas, y admitir que no son propias, que te son dadas por Di-s para un propósito más elevado que simplemente satisfacer tus propias necesidades. Humildad es modestia, es reconocer lo pequeño que eres, lo que te permite tomar conciencia de cuán grande puedes llegar a ser. Y eso hace a la humildad tan formidable.
 
La persistencia deriva su energía del reconocimiento de la humildad. La persistencia humana llega apenas tan lejos como tu nivel de tolerancia, El reconocer que tus fuerzas provienen de un lugar más elevado te da el poder de resistir mucho más allá de tu capacidad según tú la percibes. Te da parte de la fuerza de persistencia de Di-s.
 
Una copa llena no se puede llenar. Cuando tú estás lleno de ti mismo y de tus propias necesidades, «Yo y nada más», no hay lugar para más. Cuando te «vacías» ante algo más grande que tú, tu capacidad de recibir se incrementa mas allá de tus supuestos límites previos. La humildad es la llave para la trascendencia, para llegar más allá de ti mismo. Sólo la verdadera humildad te da el poder de la objetividad total.
 
Humildad es sensibilidad. Es la vergüenza sana que resulta de reconocer que puedes ser mejor de lo que eres y que puedes esperar más de ti mismo.
 
Pese a que la humildad es silenciosa, no es un vacío. Es una dinámica expresión de vida que incluye por entero las siete cualidades de amor, disciplina, compasión, persistencia, humildad, vinculación y soberanía. La humildad es adiva, no pasiva, no es un estado de ser, sino una interacción aun en su calma e inacción.
 
 

Jésed de Hod (Amor en Humildad)

 
 
Examina el amor en tu humildad. La humildad sana no es desmoralizante; trae amor y alegría, no miedo. La humildad carente de amor debe ser re-examinada en cuanto a su autenticidad, A veces, la humildad puede ser confundida con una baja autoestima, lo que la haría dejar de ser cariñosa.
 
La humildad trae amor porque te da la capacidad de elevarte por encima de ti mismo y amar a otro. La arrogancia disfrazada de amor significa amarte a ti mismo, o peor aún: hacer de otros una parte o extensión de ti mismo y de tu auto-amor.
 
¿La humildad me hace ser más cariñoso y dadivoso? * ¿Más expansivo? *¿ O me inhibe y restringe? *¿Soy humilde y feliz, o humilde y miserable?
 
 

* EJERCICIO DEL DÍA:

 
Antes de rezar con humildad y reconocimiento de Di-s, da algo para caridad. Mejorará tus plegarias.
 
 

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