Nacimiento Judío
El judaísmo es una concepción de vida y mundo a la cual pertenece todo judío. Esa concepción está encuadrada en un sistema de mandamientos (mitzvot) que son obligaciones y prohibiciones que debe cumplir. Esas mitzvot deben ser cumplidas por decisión y no compulsión; y dentro de ese sistema se desarrolla la vida de un judío.
Desde que un judío sale a la luz del mundo del vientre de su madre, ya trae consigo esas obligaciones y prohibiciones. De acuerdo a la Torá (Genesis 17), el neonato debe ser introducido al “Pacto de Abraham” (Brit Abraham): “Yo establezco mi alianza contigo y con tu descendencia después de ti de generación en generación. Un pacto perpetuo, para ser yo tu Di-s y el de tu descendencia, que te seguirá después de ti… la alianza que será guardada entre vosotros y yo, tu y tu descendencia después de ti, es esta: Todo varón entre vosotros será circuncidado.
Vosotros circuncidareis la carne de vuestro prepucio y ésta será la señal del pacto entre vosotros y yo. En el transcurso de vuestras generaciones vosotros haréis circuncidar a todo varón a la edad de ocho días……así estará marcada mi alianza en vuestra carne como una alianza perpetua. El varón incircunciso, al que no haya sido cortada la carne de su prepucio, será borrado de su pueblo; ha violado mi pacto”.
Y de acuerdo con este mandamiento realizamos los judíos el “Brit milá” (el pacto de la palabra, la circuncisión) a nuestros hijos varones. Al octavo día del nacimiento, si la salud del bebé lo permite, se realiza la ceremonia del “brit”. Es costumbre festejar el “brit” con una pequeña fiesta, aunque hay rabinos que recomiendan hacerlo únicamente con diez adultos, para no ofender a aquellas familias que no pueden festejar en grande por razones económicas (hermosa decisión a mi entender, ya que el judaísmo no debe ser una vitrina de lucimiento, sino una concepción de verdadera justicia social). Para el “Brit” es costumbre vestir festivo al bebé, elegir al “mohel” y al “sandak” y realizar la ceremonia.
La ceremonia del “brit” tiene una parte obligatoria, la circuncisión y sus bendiciones y costumbres que difieren entre las diversas comunidades y grupos y que no son obligatorias, sino resultado de ideas que se fueron imponiendo en diversos lugares y pasaron a ser tradición en esas comunidades.
El público espera de pie al bebé, que suele ser traído sobre un almohadón decorado (comúnmente por una mujer, homenajeada por los padres), que lo entrega al “mohel” (el circuncidador), que deposita por un instante al recién nacido en la “Silla de Eliahu” (llamada así, porque de acuerdo a la tradición el profeta Eliahu es testigo de todo judío que pasa a ser parte de la Alianza) y luego lo entrega al “sandak” (padrino – pero no un padrinazgo de cuidar al niño a falta de los padres, sino un honor de circunstancia).
El brit debe realizarse el octavo día, aún si éste cae en Shabat o Iom Kipur. De esa manera, si un niño nace un lunes, el bris milá será el lunes siguiente; si nace un sábado, el brit será el próximo sábado. Debido a que el día se cuenta desde el mediodía, al niño que nació un miércoles a la noche después de la caída del sol, se le hará el brit el jueves siguiente.
El mohel finaliza la intervención quirúrgica con la “pria” “metzita” y vendaje.