Este es un pequeñisimo listado de ellas de las cuales del Pueblo de Israel no puede olvidar y evitar su total.
consumo:
Hugo Boss: el sastre de las SS, las SA y las HJ
La famosa firma de moda Hugo Boss ha pedido recientemente perdón por el maltrato al que sometió a trabajadores forzosos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se encargaba del suministro de uniformes a los nazis.
La fábrica del popular modisto empleaba a 140 trabajadores polacos y a 40 franceses, todos ellos obligados a ello. Inicialmente, la fábrica de confección firmó un contrato para la producción de uniformes de las SA.
En 1938, la casa Hugo Boss comenzó a confeccionar también uniformes para el ejército e incluso para las Waffen SS, aunque no está totalmente claro si también se encargó del diseño de los propios uniformes.
La propia empresa ha comunicado recientemente que quería expresar su profundo arrepentimiento hacia aquellos que sufrieron maltratos o penalidades en la fábrica dirigida por Hugo Boss durante el régimen nacionalsocialista.
Cabe destacar que tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946, Hugo Boss fue procesado basándose en su participación temprana en el NSDAP, en su apoyo financiero a las SS y en las entregas de uniformes al NSDAP incluso antes de 1933.
Terminó fue condenado por su implicación en las estructuras nacionalsocialistas al pago de una abultada multa de 100.000 marcos de la época. Falleció en 1948, pero su negocio sobrevive (y prospera) aún en nuestros días.
IBM: la pionera de la informática al servicio del nazismo
Cuando Adolf Hitler llegó al poder, una de sus metas era identificar y apresar a los 600.000 judíos alemanes. Recordemos que para los nazis los judíos no eran simplemente personas que practicaban el judaísmo, sino que se incluía también a aquellas que tuvieran sangre judía, al margen de su asimilación, matrimonios mixtos, creencias o conversión al cristianismo.
Esto hacía que las labores de identificación no fueran precisamente sencillas. Antes de proceder a las confiscaciones, guetizaciones, deportaciones y, en última instancia, exterminios; había que identificarlos correcta y eficazmente.
Buscar entre miles de registros municipales, religiosos y gubernamentales de toda Alemania (y, posteriormente, de toda Europa) era una tarea hercúlea que pedía a voces un ordenador. Ahora bien, en 1933 aún quedaba mucho para la creación del ordenador personal.
Chase Bank
La institución financiera que ahora conocemos como J.P. Morgan Chase y que incluso en épocas recientes ha estado envuelta en la polémica y el escándalo, en la Europa de los 40 ayudó, en colaboración con otros bancos y con promesa de una jugosa comisión, a reunir el dinero utilizado para financiar operaciones nazis, algunas incluso contra el pueblo judío. Asimismo, no esperó la orden nazi para congelar las cuentas de los judíos residentes en la Francia ocupada.
Random House
Como subsidiaria de Bertelsmann A.G., esta editorial publicó propaganda y literatura nazis, títulos como Esterilización y y Eutanasia: Una contribución a la ética cristiana aplicada.
Allianz
Allianz fue la principal aseguradora beneficiada de esta época. De hecho podría decirse que era la aseguradora oficial del régimen (con todos los beneficios que ello implica), al grado que, durante la tristemente célebre «Noche de los cristales rotos» (Kristallnacht, la mayor ofensiva contra la población judía civil de Alemania y algunas zonas de Austria), la firma compensó al Estado nazi y no a los judíos afectados en sus propiedades por los daños causados. Más tarde, Allianz colaboró en el despojo de propiedades sufrido por los judíos retenidos en campos de concentración.
Novartis
Novartis nació como resultado de la fusión entre las compañías de origen suizo Ciba y Sandoz. En 1933, la división alemana de Ciba despidió a todos los miembros de su comité directivo para sustituirlos por otros mucho más confiables de «origen ario», argumento que Sandoz también utilizó contra su presidente. Más tarde, ambas empresas fabricaron tintes, fármacos y productos químicos de diversa índole para los nazis.
Sin embargo, de las firmas aquí expuestas, Novartis es una de las pocas que aceptó parte de su responsabilidad y aportó 15 millones de dólares a un fondo suizo creado para reparar el daño que el pueblo judío sufrió a manos de los nazis.
Por otro lado, otra farmacéutica multinacional, Bayer, tiene en su historial el cuestionable mérito de haber sido la proveedora del gas que se utilizó en las cámaras donde murieron miles de personas.
Nestlé
Incluso algo tan delicioso como el chocolate (así sea el que produce Nestlé) adquiere de pronto un sabor desagradable cuando se sabe que esta misma apoyó económicamente en 1939 la creación del partido nazi suizo y, a cambio de esto, recibió un contrato para ser el único proveedor de la golosina al ejército alemán.
Sus fábricas, sin embargo, estaban llenas de esclavos, algunos de los cuales consiguieron en el año 2000 que Nestlé aceptara su delito y los compensara (a ellos o a sus familias) con una suma total de 14.5 millones de dólares.
General Electric (GE)
Operar desde los Estados Unidos no fue un obstáculo para que General Electric obtuviera una generosa y suculenta tajada de la guerra y, específicamente, del hecho de que los nazis fueran el enemigo a vencer.
Aliándose con la empresa alemana Krupp, GE contribuyó a que deliberada y artificialmente aumentara el precio del carburo de wolframio, materia prima esencial para la fabricación de maquinaria de guerra, especulación con la que se hizo de millón y medio de dólares solo en 1936 y por la cual, una década más tarde, se hizo acreedora a una multa por parte del gobierno estadounidense.
IBM
Principalmente mediante su filial alemana, hizo de la Solución Final un objetivo tecnológico que la empresa conseguiría materializar a gran escala.
La filial alemana de IBM, usando su propio personal y equipamiento; diseñó, ejecutó y le brindó a Adolf Hitler la ayuda necesaria para acometer lo que nunca se había hecho hasta entonces: automatizar la destrucción de la vida humana con precisión matemática.
Más de dos mil máquinas de perforación y clasificación de tarjetas fueron distribuidas por todo el Tercer Reich y varias miles más por el resto de territorios ocupados. En cada campo de concentración se establecieron eficaces departamentos de gestión de tarjetas perforadas.
Coco Chanel: ¿antisemita y colaboradora nazi?
En más una ocasión, la famosa modista declaró que los judíos eran una amenaza bolchevique para Europa. Durante la ocupación alemana de Francia, Chanel residió en el lujoso Hotel Ritz, alojamiento favorito de las élites militares germanas.
Su relación romántica con el oficial alemán Hans Gunther von Dincklag le habría facilitado las cosas en una época en la que corrían malos tiempos para la mayoría de los franceses.
Coco Chanel intentó sacar tajada de la legislación antisemita alemana en materia de expropiaciones para hacerse con el control absoluto de su línea de perfumes, con el fin de despojar a los hermanos judíos Wertheimer de cualquier derecho sobre la exitosa fragancia Chanel nº5, a la que habían contribuido en gran medida. Ahora bien, tras la Segunda Guerra Mundial siguió haciendo negocios con judíos.
Quizá sea verdad la cita del historiador Hals Vaughan: Chanel era una oportunista consumada. Los nazis tenían el poder y Chanel gravitaba hacia el poder […]. Era una facilitadora. Conocía a todo el mundo […]. Y ayudó a los nazis.
Henry Ford: feroz antisemita y colaborador nazi
Henry Ford, fundador de la histórica Ford Motor Company y padre de las cadenas de producción modernas destinadas a la producción masiva en serie. Henry Ford, antisemita sin complejos y responsable de jugosas donaciones al movimiento hitleriano. Dos caras de una misma moneda de un hombre, cuanto menos, atípico.
El propio Hitler haría con él una excepción en Mein Kampf al citarlo como ejemplo de resistencia ante el judaísmo internacional. Curioso porque lo último que Hitler querría en su libro sería compartir protagonismo alguno con una persona no alemana. Henry Ford llegó incluso a ser condecorado por Alemania en los años 30, lo que originó no poca controversia en su país de origen.
Lo cierto es que a Henry Ford le resultó tremendamente lucrativa su postura: vendía automóviles al sector civil en EE. UU. y vendía también vehículos a Alemania antes de la entrada de su país en la Segunda Guerra Mundial, llegando a emplearse mano de obra esclava por parte de su filial alemana Ford-Werke.
El conglomerado IG Farben
Era propietario del 42,5 % de la empresa que fabricaba el infame gas venenoso Zyklon B, usado en las cámaras de gas de los diversos campos de exterminio nazis.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados decidieron dividir el conglomerado al ver el nivel de corrupción que había en él y Bayer volvió a ser una empresa por separado.
El directivo de Bayer Fritz ter Meer fue condenado a siete años de cárcel en Núremberg y fue curiosamente nombrado Jefe del Consejo Supervisor de Bayer tras su liberación en 1956.
Ferdinand porsche
Ferdinand Porsche recibe un contrato por parte del Führer para el diseño de un “coche para el pueblo” (Volkswagen). En 1935, ya estaban terminados los dos primeros prototipos. En 1934 se le concedió la nacionalidad alemana (no olvidemos que era el Gran Ingeniero Alemán, el Gran Ingeniero Checo no era algo concebible).
Además, dado que Porsche venía de familia germanófona, no hubo grandes problemas a este respecto. En 1937 se unió al NSDAP y a las SS. Posteriormente Porsche declararía que tuvo que aceptar sí o sí el título de oficial honorario de las SS, al provenir del mismísimo Heinrich Himmler.
Kodak: más que simples fotografías
Cuando uno piensa en Kodak, se imagina estampas familiares felices y recuerdos imborrables (al menos hasta la revolución digital). Lo cierto es que la imagen que tengas de esta empresa puede cambiar si te decimos que la filial alemana no dudó en aprovecharse de la mano de obra esclava durante la Segunda Guerra Mundial.
Las filiales europeas de Kodak en las naciones neutrales hicieron negocios con el Tercer Reich y permitieron que fluyeran las tan necesarias divisas extranjeras. Además, Kodak no solo se dedicaba a la fotografía: expandió sus operaciones a la manufactura de gatillos, detonadores y otros artículos militares para los alemanes.
The Coca-Cola Company: Fanta, el refresco de los nazis
Fanta, el mítico refresco anaranjado fue diseñado en un principio exclusivamente para los nazis. Los ingredientes de la ya popular Coca-Cola eran difíciles de importar, así que el encargado de las operaciones de Coca-Cola en Alemania, Max Keith, decidió crear una nueva bebida que pudiera elaborarse con ingredientes sin problemas de disponibilidad.
Cosa lógica, ya que así la empresa podría reinvertir los beneficios para seguir distribuyendo Coca-Cola a los soldados norteamericanos desplegados en Europa en cuanto terminara la Segunda Guerra Mundial.
BMW, motor de la Luftwaffe
BMW ha admitido haberse servido de 30.000 trabajadores forzosos durante la Segunda Guerra Mundial. Prisioneros de guerra, trabajadores esclavos e internos de campos de concentración fueron obligados a construir motores para la Luftwaffe.
De esta irónica manera, los desdichados estaban irremediablemente ayudando a la defensa del régimen que les oprimía en detrimento de sus futuros libertadores.
Lo cierto es que la prestigiosa BMW, por aquel entonces, se dedicaba exclusivamente a engrasar la maquinaria bélica del Tercer Reich sin grandes reparos.La lista sigue y sigue….. No es precisamente corta sencillamente porque muchas empresas no dejaron de operar durante la Segunda Guerra Mundial.