(Extraído y adaptado de “Living the Kabalá” , escrito por Simcha Benyosef)

 

Existe un proceso, [una construcción espiritual] desde el momento del éxodo hasta el intercambio de votos entre D-os e Israel al pie del Monte Sinaí. Al D-os pronunciar los Diez Mandamientos, Israel acepto y dijo Naasé veNishmá, “Haremos y escucharemos”.

 

La unión apasionada con D-os iba a tener lugar 40 días después. El 17 de Tamuz, cuando Moisés bajo las Tablas de la Ley; empero, cuando encontró a Israel venerando al becerro de oro, enfadado las hizo trizas y la unión se perdió.

 

“¡La novia debería avergonzarse por haber sido infiel bajo el mismo dosel nupcial!”, comentaron los sabios. Los votos que intercambiaron Israel y Dios habían sido vulnerados. No es de sorprender que el periodo de tres semanas desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av se convirtiera a la larga en un tiempo de duelo, por Jerusalén, el Templo, el exilio y las tribulaciones de Israel.

 

Para enmendar el daño ocasionado, Israel debió aceptar nuevamente el yugo del Cielo sobre sí. Moisés ascendió al Monte Sinaí por segunda vez, permaneciendo ahí 40 días, desde el 18 de Tamuz hasta el fin de Av, implorando misericordia. Al finalizar este plazo, D-os accedió aceptar nuevamente a Israel. La vulneración de los votos había sido rectificada.

 

Inmediatamente después, el primero de Elul, Moisés ascendió de nueva cuenta al Monte Sinaí por 40 días, en anticipación para recibir las Segundas Tablas, que servirían para sellar otra vez la unión. Durante este tercer ascenso, Moisés iba también a reafirmar la subyugación total del pueblo al Creador. Esto constituyó el nivel máximo de arrepentimiento, que apuntaba a forjar el lazo más estrecho.

 

La diferencia fundamental entre los aspectos verbales y escritos de la unión es que tan sólo después de que el intercambio de votos en el Sinaí fue ratificado por el Pacto de las Tablas, es que pudimos tener una relación de apego apasionado con D-os.

 

En Iom Kipur, después del tercer ascenso de Moisés, D-os entregó las segundas Tablas a Israel. El mensaje de D-os a Israel: “De entre todos los pueblos de la tierra, tan sólo a ti conocí”, cobra efecto exclusivamente en este segundo nivel. La expresión hebrea que se utiliza es yadati, que proviene de da-at, el intimo conocimiento que el amor ofrece. En ese instante se selló la relación intima que D-os e Israel siempre compartirían.

 

Y con todo, algo perdimos. No pueden comparase las Segundas Tablas con las primeras, pues estas habían sido talladas y grabadas por D-os Mismo, en tanto que las segundas tablas fueron talladas por Moisés y grabadas por D-os, denotando que la unión producida en Iom Kipur no gozaba del mismo nivel de intimidad que la que se podría haber logrado el 17 de Tamuz.

 

Las Primeras Tablas habrían entregado a Israel la Luz Infinita de la Creación y, de no haber sido rotas, el Talmud dice que ninguna nación podría haber podido dominar a Israel. No se habría producido el exilio y ya habríamos ingresado a la era mesiánica.

Sin embargo, algo pudimos rescatar de esa perdida. D-os nos entregó las primeras Tablas aunque no las hayamos recibido. Las Primeras Tablas se encuentran en este mundo; no tenemos acceso directo a ellas, pero, mediante el estudio intenso de la Torá a veces se nos revelan destellos de luz. Sólo con la llegada de la era mesiánica, podremos recobrar acceso pleno a las Tablas originales y tener una intimidad total con el Todopoderoso.

 

En nuestros tiempos, los 40 días que abarcan desde el inicio de Elul hasta Iom Kipur sigue siendo un tiempo en el que D-os está particularmente cercano y accesible. D-os aguarda que purifiquemos las Tablas de nuestro corazón y retornemos a él hasta que alcancemos la embriagadora emoción a la que alude la expresión “tan sólo a ti conocí”.

 

El mes “mágico” de Elul y los Diez días de Teshuvá (arrepentimiento/ retorno) entre Rosh HaShaná y Iom Kipur estan impregnados con una atmósfera que nos facilita sentir un sobrecogedor anhelo por apegarnos a D-os. Nos cargamos de energía para corregir el pasado y cumplir con el mensaje de Elul: “Yo soy de mi amado y él me añora”. El servicio al cual aspiramos en Elul está aludido en las letras hebreas de la palabra Elul, un acrónimo de Aní leDodi ve Dodi li, “Yo soy de mi Amado y mi Amado es mío”.

 

Leyes y costumbres

 

(selección extraída del libro “Torat Hamoadim”, por Rabi David Iosef © Rabi David Iosef)

 

1. Durante el mes de Elul y los Diez días de Retorno, que se extienden desde Rosh Hashana hasta Iom Kipur, todo judío debe recapacitar sobre sus actos para corregir las malas costumbres y cualidades; también debe procurar hacer buenas acciones y acrecentar en lo posible la caridad como también fijar momentos para el estudio de la Tora. Por sobre todo debe arrepentirse de todos sus pecados y malos actos cometidos durante el año, tanto para con Dios como para con el prójimo, y abandonarlos por siempre.

 

A pesar que el arrepentimiento y el precepto del Retorno, son bien acogidos por Dios durante todo el año, el mes de Elul y los Diez dias de Retorno son más propicios para ello ya que fue dicho: “Busquen a Dios cuando se encuentra, llámenlo cuando esta cerca” (Isaías 55)

 

2. Es correcto prestar suma atención durante este mes, en la bendición “Hashibenu Abinu le torateja, (Haznos retornar), de la Amida (plegaria principal) , y rogar a Dios, para que nos ayude a enmendar nuestro comportamiento y acepte nuestra contrición; de] mismo modo se debe pedir por todos los seres humanos que se apartaron de Dios para que sean iluminados y retornen a la senda del bien.

 

3. Nuestros hermanos, los ashkenazim, acostumbran durante el mes de Elul a tocar el shofar después del rezo matutino (shahrit) para recordar la magnitud de estos días y despertar el sentimiento del retorno a Dios, (teshuba). También algunos sefaradim tocan el shofar en el momento que se recita el versículo “Vaiaabor, en las Selijot, (Rezos de Perdón).

 

4. Es una buena costumbre recitar el salmo “Le David, Ashem Orí ve Ishí”, posteriormente al rezo matutino, (shahrit), para evocar así la explicación de nuestros sabios sobre este versículo: “Orí” (mi luz), es Dios en Rosh Hashana, e “Ishi” (mi salvación), es en Iom Kipur.

 

5. A partir del comienzo del mes de Elul, se acostumbra bendecir en las cartas que manda a su prójimo, que sea escrito y sellado en el libro de la vida y la felicidad.

 

6. Hay quienes acostumbran a abrir los mezuzot y tefilin, en el mes de Elul, para controlar si se encuentran en buenas condiciones para cumplir con la mitzva; a pesar que no es una obligación se aconseja revisarlos. Si está seguro que sus tefilin y mezuzot han sido escritos estrictamente según la halaja, por un escriba conocido (Sofer Stam), temeroso de Dios, no es necesario revisarlos sino cada varios años los tefi,lin, y cada tres años y medio las mezuzot.

 

7. Esta permitido contraer matrimonio en el mes de Elul y también en Aseret Ieme Teshuba, (los Diez días de Retorno).

 

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