(Selección extraída del libro “Shulján Aruj”, Recopilación de leyes prácticas, © Jerusalem de México)
En el noveno día del mes de Av (Tishá BeAv) ayunamos y guardamos duelo por la destrucción del Gran Templo de Jerusalén. Tanto el Primer Templo (833-423 antes de la era común) como el Segundo (-353 a 69 de la era común), fueron destruidos en esta fecha.
El Shabat que precede al día de ayuno se llama “Shabat de Visión” (Shabat Jazón), pues en éste leemos un capítulo de los Profetas denominado “Visión de Isaías” (Yeshayahu / Isaías 1:1-27) que comienza diciendo:
“Jazon Ishaiahu ben Amotz…”, la vision de Isaias hijo de Amotz, en que el Profeta advierte al pueblo en los dias previos a la destruccion del Templo, que se arrepienta de sus malas acciones a fin de evitar la tragedia. La Haftara finaliza sin embargo con un mensaje optimista, pues si bien Tisha beAv es la exteriorizacion de un hondo dolor, tambien conlleva la semilla de la esperanza en una pronta Redencion. En nuestras manos esta que se concrete.
En el “Shabat de Visión”, dice Rabí Leví Itzjak, a todos y cada uno de nosotros se le otorga una visión del tercer y final Templo, una visión que, para parafrasear al Talmud, “aunque nosotros mismos no la vemos, nuestras almas sí la ven”. Esta visión evoca una profunda respuesta en nosotros, aun si no estamos conscientemente percatados de la causa de nuestra súbita inspiración.