Seudat Hamafseket y Bendición a los Hijos

 

Antes de que comience Yom Kipur se hace Seudat Hamafseket en la cual se comen todo tipo de alimentos., para poder estar fuerte y rezar como corresponde en un día tan importante. Se acostumbra a evitar el pescado en esta Seudá -comida-, ya que al ser tan salado luego le provocará mucha sed y está terminantemente prohibido en Yom Kipur Antes de ir al Bet Hakneset los padres acostumbran a bendecir a sus hijos:

 

«Sea la voluntad de D´s llenar tu corazón de amor y temor a D´s durante toda tu vida de manera tal que no cometas errores, y tu vida siempre esté ámbito de la Torá y las Mitzvot. Que tus ojos vean cosas correctas , tus labios hablen comentarios de Torá y tu corazón esté repleto de temor a D´s, tus manos estén siempre ocupadas en Mitzvot y tus piernas corran para hacer la voluntad de tu creador, y de tus hijos e hijas rectos, ocupados en Torá y Mitzvot toda tu vida. Que te dé mucha bendición y sustento con tranquilidad. Y nunca tu bendición dependa de los seres humanos ni de la caridad, sino que D´s sea la fuente de tu sustento. Que seas inscrito y sellado en el libro de la larga vida dentro del entorno de los Tzadikim».

 

  • En Yom Kipur se acostumbra vestir ropa blanca y limpia, similar al aspecto de los ángeles. También, por este mismo motivo, muchos acostumbran vestir un atuendo especial blanco y limpio llamado “kitel”, (atavío similar a una mortaja).

  • El “kitel” es la prenda que se coloca a los muertos antes del entierro, y al vestirlo nosotros en el día de Yom Kipur, recordamos la muerte. Este hecho provoca que nuestro corazón se quebrante y nos arrepintamos de las faltas cometidas durante el año. (Lebush 610: 4 – Taamei Haminaguim 742).

 

Otra de las cosas destacadas que hacemos en Yom Kipur es recitar la alabanza:

 

“Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás” en voz alta. A continuación apreciaremos la causa de esta práctica:
En el Pentateuco fueron mencionados 248 preceptos activos y 365 preceptos pasivos lo que hace un total de 613 preceptos.

 

Uno de los preceptos activos enumerados es, recitar “Shemá Israel” (versículos que constan en Deuteronomio 6: 4 a 9).

El modo correcto del recitado del “Shemá Israel” es el siguiente: en primer orden se recita el versículo que manifiesta:

 

“Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno” (Deuteronomio 6: 4).

 

Luego se recita el siguiente texto: “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”. (Talmud Pesajim 56).

 

Se prosigue con los versículos siguientes que constan a continuación del versículo antedicho, hasta terminar el párrafo. El motivo de la inclusión del texto que se intercala en medio de los versículos se debe a un motivo muy particular. Cuando el patriarca Jacob reunió a todos sus hijos, en la tierra de Egipto previo a su muerte, les ordenó lo concerniente a la unicidad de D’os. Les comunicó esto, pidiéndoles que sigan el mismo camino por el que transitaron los patriarcas anteriores, Abraham e Itzjak (padre de Jacob).

 

En ese momento Jacob preguntó a sus hijos ¿hay en alguno de vosotros desperdicio?. Formuló esta pregunta sugiriéndoles: ¿Hay entre vosotros un varón o una mujer, una familia o tribu, cuyo corazón se desvía el día de hoy de El Eterno nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de las naciones? (Deuteronomio 29: 17).

 

Al escuchar esta pregunta, todos los hijos respondieron al unísono: “Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro D’os, El Eterno es uno”.

 

Respondieron esto sugiriéndole: ”Escucha padre nuestro, Israel (Jacob se llamaba también Israel), El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno”.

 

Al escuchar esa respuesta, Jacob dijo: “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”.


Por eso, todo el pueblo de Israel, los descendientes de Jacob, acostumbran recitar esta alabanza que fue recitada por el patriarca Jacob (Israel), tras el versículo “Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro D’os, El Eterno es uno”. (Maimónides, leyes de recitado del Shemá- talmud Pesajim 66b).

 

Cabe aclarar, que si bien Abraham conocía esta alabanza, y la pronunció en el pasado, tal como dijimos, el hombre que enseñó a al pueblo judío a decir este texto en silencio, fue Moshé, el líder que condujo a Israel a la libertad cuando estaban esclavizados en Egipto.

 

Moshé, luego de la liberación, guió al pueblo hacia el desierto, obedeciendo la orden de D’os. Luego de algunos días de marcha, el líder judío subió a las alturas celestiales para buscar la Torá. Allí escuchó a los ángeles alabar a D’os pronunciando las palabras “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”.

 

Moshé “robó” a los ángeles esa alabanza, por ello cuando descendió, enseñó al pueblo a recitarla en silencio (para que los ángeles no se enojen con nosotros). Pero como el día de Yom Kipur somos como ángeles, recitamos “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás” en voz alta, igual que ellos. (Tur Oreaj Jaim 619)

 

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